Mi trabajo más reciente, que naciera en la fotografía y se extendiera lentamente a la escultura y al objeto, se nutre principalmente de materiales de desecho. Existe una primera instancia de búsqueda y de recolección y una segunda, de composición. Me interesa profundamente la "significación de lo insignificante", el rescate de lo que se tira y su resignificación, la construcción de discursos y poéticas nuevas con elementos "basura". Me gusta pensar que el mundo contemporáneo ofrece maneras múltiples de recrearlo y finalmente, de reflexionar sobre él. La basura es una huella más que significativa de ese mundo; todas las huellas me parecen importantes: los escombros de los lugares en demolición, el musgo sobre las mesas, los nidos en los zapatos, los cuerpos hinchados, fértiles, flotando suavemente sobre el río. El ejercicio más difícil de mi trabajo es encontrar un punto de encuentro en materiales "incompatibles", en elementos "contrapuestos", hallar una semántica en común y empapar esos materiales de cargas simbólicas nuevas, dotarlos de sensibilidad. Crear nuevos territorios que abordar, que no es más que el logro del ejercicio artístico: pequeños nuevos mundos; novedosas maneras de hablar.
Curaduría: Santiago Bengolea.
Mi trabajo más reciente, que naciera en la fotografía y se extendiera lentamente a la escultura y al objeto, se nutre principalmente de materiales de desecho. Existe una primera instancia de búsqueda y de recolección y una segunda, de composición. Me interesa profundamente la "significación de lo insignificante", el rescate de lo que se tira y su resignificación, la construcción de discursos y poéticas nuevas con elementos "basura". Me gusta pensar que el mundo contemporáneo ofrece maneras múltiples de recrearlo y finalmente, de reflexionar sobre él. La basura es una huella más que significativa de ese mundo; todas las huellas me parecen importantes: los escombros de los lugares en demolición, el musgo sobre las mesas, los nidos en los zapatos, los cuerpos hinchados, fértiles, flotando suavemente sobre el río. El ejercicio más difícil de mi trabajo es encontrar un punto de encuentro en materiales "incompatibles", en elementos "contrapuestos", hallar una semántica en común y empapar esos materiales de cargas simbólicas nuevas, dotarlos de sensibilidad. Crear nuevos territorios que abordar, que no es más que el logro del ejercicio artístico: pequeños nuevos mundos; novedosas maneras de hablar.
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