Tiempo de pensar la forma
[1]
¿Cómo se puede contener aquello que está siendo?
¿Cuál es el espacio que ocupa una figura?
Guadalupe Ortega Blasco presenta un conjunto de objetos, imágenes y prácticas que resultan de la continuidad de su investigación. Existe una tensión entre el paisaje y el cauce que lo ordena. Como la que vibra entre la materia y el soporte. Ninguno logra contener, ni avanzar sobre el otro.
Habitar esa tensión es posible al concebir el tiempo de producción de estas pinturas como el tiempo necesario para pensar la forma. Volver a la geometría como el ejercicio inútil por alcanzar la realidad. Entender toda representación como ilusoria y momentánea.
Acercarse, mirar la unidad, alejarse.
Leer el retrato en el conjunto.
Correr la figura, descentrarse, correr la mirada.
[2]
¿Cuántas son las relaciones posibles?
¿Quién produce a quién: la escena al artista, o el artista a la escena?
Enunciar, registrar, reescribir.
Tres modelos de gestión de arte se suceden y superponen a partir de contingencias precisas. El surgimiento del Under porteño en espacios como Café Einstein y el Parakultural (ca. 1983) en el que participa Juan José Cambre en relación al teatro o la poesía. Los llamados Artistas Argentinos de los 90, la revisión del coleccionismo y el surgimiento de espacios como la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, en la que exhibe Graciela Hasper. El surgimiento de las Escenas Locales y las gestiones autónomas (ca. 2000) que direccionan la mirada de instituciones y mercados hacia escenas por fuera de Buenos Aires como Tucumán, Córdoba, Rosario y la Patagonia.
Es sabido que estos tres fenómenos afectan las dinámicas de inscripción, circulación y producción de arte luego del retorno a la democracia. En cada caso existe una actualización de la conversación. Sin embargo -como en toda actualización- perviven algunos elementos, como la estrategia de la asociatividad para la construcción del valor y el impulso de articular la pregunta alrededor de la práctica.
[3]
¿Qué supone pensar la forma de las cosas?
La forma en la que las cosas funcionan.
La forma visible de las cosas (manifestación, fenómeno).
La forma en que las cosas pueden estar relacionadas.
Una lista de apuntes sobre estas obras a las que curiosamente olvidamos atribuir autoría: El color como contenido y herramienta. La superposición del color. El desafío íntimo de la producción. El retorno de la importancia del tiempo. Lo familiar y lo extraño. La fragilidad de la materia y el vacío del espacio.
Relacionar la obra de Juan José Cambre, Graciela Hasper, Suyai Otaño, Malén Otaño, Eugenia Bracony, Guillermina Baiguera y Guadalupe Ortega Blasco hace posible cruzar reflejos para acercarnos a cada práctica desde el fragmento.
Lejos de interpretar un procedimiento a través de aquello que se exhibe, intentamos conservar la opacidad. Ensayamos un diagrama de relaciones extraño y esquivo. Un diagrama, cuya forma parte del encuentro con el procedimiento y el contexto. Un conjunto de obras en el que es posible percibir la vibración creciente de la duda y nos invita a nombrar aquello que ni siquiera podemos contener.
Federico de la Puente
Curador autónomo
Retrato creciente
Ciclo Obras Amigas Vol 1.
Guadalupe Ortega Blasco
Guillermina Baiguera
Eugenia Bracony
Juan José Cambre
Gachi Hasper
Malen Otaño y Suyai Otaño
Curaduría Federico de la Puente
30 DE SEPTIEMBRE 2022 - 25 DE NOVIEMBRE 2022
Tiempo de pensar la forma
[1]
¿Cómo se puede contener aquello que está siendo?
¿Cuál es el espacio que ocupa una figura?
Guadalupe Ortega Blasco presenta un conjunto de objetos, imágenes y prácticas que resultan de la continuidad de su investigación. Existe una tensión entre el paisaje y el cauce que lo ordena. Como la que vibra entre la materia y el soporte. Ninguno logra contener, ni avanzar sobre el otro.
Habitar esa tensión es posible al concebir el tiempo de producción de estas pinturas como el tiempo necesario para pensar la forma. Volver a la geometría como el ejercicio inútil por alcanzar la realidad. Entender toda representación como ilusoria y momentánea.
Acercarse, mirar la unidad, alejarse.
Leer el retrato en el conjunto.
Correr la figura, descentrarse, correr la mirada.
[2]
¿Cuántas son las relaciones posibles?
¿Quién produce a quién: la escena al artista, o el artista a la escena?
Enunciar, registrar, reescribir.
Tres modelos de gestión de arte se suceden y superponen a partir de contingencias precisas. El surgimiento del Under porteño en espacios como Café Einstein y el Parakultural (ca. 1983) en el que participa Juan José Cambre en relación al teatro o la poesía. Los llamados Artistas Argentinos de los 90, la revisión del coleccionismo y el surgimiento de espacios como la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, en la que exhibe Graciela Hasper. El surgimiento de las Escenas Locales y las gestiones autónomas (ca. 2000) que direccionan la mirada de instituciones y mercados hacia escenas por fuera de Buenos Aires como Tucumán, Córdoba, Rosario y la Patagonia.
Es sabido que estos tres fenómenos afectan las dinámicas de inscripción, circulación y producción de arte luego del retorno a la democracia. En cada caso existe una actualización de la conversación. Sin embargo -como en toda actualización- perviven algunos elementos, como la estrategia de la asociatividad para la construcción del valor y el impulso de articular la pregunta alrededor de la práctica.
[3]
¿Qué supone pensar la forma de las cosas?
La forma en la que las cosas funcionan.
La forma visible de las cosas (manifestación, fenómeno).
La forma en que las cosas pueden estar relacionadas.
Una lista de apuntes sobre estas obras a las que curiosamente olvidamos atribuir autoría: El color como contenido y herramienta. La superposición del color. El desafío íntimo de la producción. El retorno de la importancia del tiempo. Lo familiar y lo extraño. La fragilidad de la materia y el vacío del espacio.
Relacionar la obra de Juan José Cambre, Graciela Hasper, Suyai Otaño, Malén Otaño, Eugenia Bracony, Guillermina Baiguera y Guadalupe Ortega Blasco hace posible cruzar reflejos para acercarnos a cada práctica desde el fragmento.
Lejos de interpretar un procedimiento a través de aquello que se exhibe, intentamos conservar la opacidad. Ensayamos un diagrama de relaciones extraño y esquivo. Un diagrama, cuya forma parte del encuentro con el procedimiento y el contexto. Un conjunto de obras en el que es posible percibir la vibración creciente de la duda y nos invita a nombrar aquello que ni siquiera podemos contener.
Federico de la Puente
Curador autónomo