ENSAMBLE
Tal vez sea una consecuencia histórico cultural que las exposiciones de artes visuales ya no sean lugares donde los objetos estén dispuestos para su mera contemplación matérica y formal. Los artistas no sólo prestan sus creaciones para dejarlas expuestas pasivamente en el sitio de turno, sino que observamos desde hace algunos años una necesidad de activar los espacios con distintas propuestas. Las muestras de arte se van convirtiendo en situaciones de improvisación y socialización a la vez que se re-sitúan las prácticas contemporáneas y estéticas en pos de una vivencia integral y colectiva.
En este horizonte se enmarca Ensamble, donde se presentan obras de artistas que expanden los lenguajes del campo del arte para fundir lo visual y lo musical.Acaso una de las claves para el deleite de esta exhibición, sea también imaginar la dimensión alquímica y latente donde las obras expuestas dialoguen con sus reproducciones sonoras y transformen el entorno en algo mayor cuando se dejen tocar, cuando se dejen oír.
León Ferrari se refería a su obra Berimbau de 1979 como un “Artefacto para dibujar sonidos”. Se trataba según el artista, de un instrumento destinado a crear hechos o sumas de hechos musicales, visuales y táctiles. Así se podría describir a estas creaciones instrumentales dispuestas en la galería, como obras capaces de propagar en el espacio sus entrelazadas resonancias a partir de encuentros entre los diseños, sus materiales y, sobre todo, el afán por la experimentación que comparten sus autores con la intención intrínseca de generar nuevas e infinitas creaciones que se esconden en las bellas formas.
Recolectar y reciclar materiales forma parte del proceso creativo en algunos casos. Ese impulso de encontrar un nuevo contexto a los elementos que, con sus distintivas
propiedades físicas, otorgan otras gestualidades al mundo. Los componentes reutilizados -y “re-vitalizados”- se observan en las piezas del escultor Diego Dubatti y del músico Javier Bustos, donde inherente al proceso constructivo, sus partes transmutan de ser desechos de la vida y el consumo para conformar los ingredientes esenciales de la invención. Innovar a través de tecnologías caseras y accesibles para que las peculiaridades sensitivas buscadas -y halladas- sean formas funcionales para integrar los componentes de los instrumentos a la medida de sus proyectos.
Experimentum [experimento] y experientia [experiencia] significan “prueba” / “ensayo” / “conocimiento”, y constituyen premisas que aúnan a estos creadores, los cuales en sus laboratorios de sonidos, realizan sus experimentos para también investigar la diversidad resonante que emerge a partir de sus vínculos. Discretos elementos fortuitos que, con astucia técnica y paciencia artesanal, producen inesperados [¿o esperados?] efectos sonoros.
Mauro Koliva construyó su objeto Makbrum a partir de maderas, metales, cuerdas acústicas y micrófonos de contacto continuando con su serie de objetos sonoros electroacústicos dentro de su versatilidad artística. En búsqueda de singulares diseños que sean capaces de producir música experimental, conjuga invención estética con situaciones de socialización colectiva.
Inventar instrumentos es también inventar sonidos. Hernán Soriano, a partir de sus piezas sonoras, investiga las cualidades matéricas y propiedades de los elementos (madera, metal, telgopor, entre otros) para continuar y ampliar sus búsquedas sobre la colección de sonidos que atesora.
No son luthiers. Son inventores de obras y sonidos que se alinean a una creciente ola de artistas experimentales en un contexto que se redefine deslimitando las prácticas creativas más allá de lo objetual-visual.
La figura de León Ferrari se instala en la sala como emblema de una tradición artística argentina experimental que desde la década del setenta ha creado distintos instrumentos de variados formatos para ser activados en performances y conciertos promoviendo la interacción lúdica, experiencial y espontánea con las obras y sus elementos. Los dos artefactos sonoros que se presentan -“Cascabeles” y “Gong”- fueron producidos a partir de los cuadernos de apuntes preservados en su archivo. La mirada genealógica como reflejo natural de la invención, permite percibir los puentes existentes entre generaciones, observar las continuidades que se establecen en los deseos de jugar, diseñar, probar, construir y activar los objetos creados en un ámbito de comunión que se vuelve parte de un rito.
El potencial de las infinitas obras sonoras que no escucharemos también está presente. Las fusiones posibles de los sonidos por nacer, los que estos objetos guardan en ellos, secretamente, como posibilidad para eventualmente encontrarse y entramarse en performances que durarán lo que los artistas dispongan en su ejecución instrumental.
Tal vez sea el deseo de la unión, ese especial vínculo que se origina al juntarse a tocar con otros, el que constituye la excusa del fenómeno musical experimental como un nuevo modo que irrumpe ante la tradicional soledad de los inventores, en sus propias búsquedas y creaciones, para romper la dinámica autorreferencial y aislada del artista.
Andrea Wain, septiembre 2024
Obras Amigas vol.4: Ensamble
Hernán Soriano + Javier Bustos, Diego Dubatti, Mauro Koliva y León Ferrari
Curaduría de Andrea Wain
14 DE SEPTIEMBRE 2024 - 12 DE NOVIEMBRE 2024
ENSAMBLE
Tal vez sea una consecuencia histórico cultural que las exposiciones de artes visuales ya no sean lugares donde los objetos estén dispuestos para su mera contemplación matérica y formal. Los artistas no sólo prestan sus creaciones para dejarlas expuestas pasivamente en el sitio de turno, sino que observamos desde hace algunos años una necesidad de activar los espacios con distintas propuestas. Las muestras de arte se van convirtiendo en situaciones de improvisación y socialización a la vez que se re-sitúan las prácticas contemporáneas y estéticas en pos de una vivencia integral y colectiva.
En este horizonte se enmarca Ensamble, donde se presentan obras de artistas que expanden los lenguajes del campo del arte para fundir lo visual y lo musical.Acaso una de las claves para el deleite de esta exhibición, sea también imaginar la dimensión alquímica y latente donde las obras expuestas dialoguen con sus reproducciones sonoras y transformen el entorno en algo mayor cuando se dejen tocar, cuando se dejen oír.
León Ferrari se refería a su obra Berimbau de 1979 como un “Artefacto para dibujar sonidos”. Se trataba según el artista, de un instrumento destinado a crear hechos o sumas de hechos musicales, visuales y táctiles. Así se podría describir a estas creaciones instrumentales dispuestas en la galería, como obras capaces de propagar en el espacio sus entrelazadas resonancias a partir de encuentros entre los diseños, sus materiales y, sobre todo, el afán por la experimentación que comparten sus autores con la intención intrínseca de generar nuevas e infinitas creaciones que se esconden en las bellas formas.
Recolectar y reciclar materiales forma parte del proceso creativo en algunos casos. Ese impulso de encontrar un nuevo contexto a los elementos que, con sus distintivas
propiedades físicas, otorgan otras gestualidades al mundo. Los componentes reutilizados -y “re-vitalizados”- se observan en las piezas del escultor Diego Dubatti y del músico Javier Bustos, donde inherente al proceso constructivo, sus partes transmutan de ser desechos de la vida y el consumo para conformar los ingredientes esenciales de la invención. Innovar a través de tecnologías caseras y accesibles para que las peculiaridades sensitivas buscadas -y halladas- sean formas funcionales para integrar los componentes de los instrumentos a la medida de sus proyectos.
Experimentum [experimento] y experientia [experiencia] significan “prueba” / “ensayo” / “conocimiento”, y constituyen premisas que aúnan a estos creadores, los cuales en sus laboratorios de sonidos, realizan sus experimentos para también investigar la diversidad resonante que emerge a partir de sus vínculos. Discretos elementos fortuitos que, con astucia técnica y paciencia artesanal, producen inesperados [¿o esperados?] efectos sonoros.
Mauro Koliva construyó su objeto Makbrum a partir de maderas, metales, cuerdas acústicas y micrófonos de contacto continuando con su serie de objetos sonoros electroacústicos dentro de su versatilidad artística. En búsqueda de singulares diseños que sean capaces de producir música experimental, conjuga invención estética con situaciones de socialización colectiva.
Inventar instrumentos es también inventar sonidos. Hernán Soriano, a partir de sus piezas sonoras, investiga las cualidades matéricas y propiedades de los elementos (madera, metal, telgopor, entre otros) para continuar y ampliar sus búsquedas sobre la colección de sonidos que atesora.
No son luthiers. Son inventores de obras y sonidos que se alinean a una creciente ola de artistas experimentales en un contexto que se redefine deslimitando las prácticas creativas más allá de lo objetual-visual.
La figura de León Ferrari se instala en la sala como emblema de una tradición artística argentina experimental que desde la década del setenta ha creado distintos instrumentos de variados formatos para ser activados en performances y conciertos promoviendo la interacción lúdica, experiencial y espontánea con las obras y sus elementos. Los dos artefactos sonoros que se presentan -“Cascabeles” y “Gong”- fueron producidos a partir de los cuadernos de apuntes preservados en su archivo. La mirada genealógica como reflejo natural de la invención, permite percibir los puentes existentes entre generaciones, observar las continuidades que se establecen en los deseos de jugar, diseñar, probar, construir y activar los objetos creados en un ámbito de comunión que se vuelve parte de un rito.
El potencial de las infinitas obras sonoras que no escucharemos también está presente. Las fusiones posibles de los sonidos por nacer, los que estos objetos guardan en ellos, secretamente, como posibilidad para eventualmente encontrarse y entramarse en performances que durarán lo que los artistas dispongan en su ejecución instrumental.
Tal vez sea el deseo de la unión, ese especial vínculo que se origina al juntarse a tocar con otros, el que constituye la excusa del fenómeno musical experimental como un nuevo modo que irrumpe ante la tradicional soledad de los inventores, en sus propias búsquedas y creaciones, para romper la dinámica autorreferencial y aislada del artista.
Andrea Wain, septiembre 2024