Rodeadxs de luces vivimos observando el pasado.
El tiempo contemporáneo se percibe como algo que nos atrapa y de lo que no hay escapatoria. Giorgio Agamben, en su conferencia “Qué es lo contemporáneo” se pregunta, “¿de quién y de qué somos contemporánexs? Y sobre todo ¿qué significa ser contemporánexs?”. Es decir, se hace una pregunta sobre su tiempo. Y nos dice que es “realmente” contemporánex quien se encuentra en un vértice, y desde allí observa las luces que se alejan y le permiten ver la oscuridad que las rodea. Dice “Percibir en la oscuridad del presente esa luz que trata de alcanzarnos y no puede: eso significa ser contemporánexs”.
Las últimas pinturas de Lorena Ventimiglia nos muestran a una artista que vive adherida a su tiempo a la vez que mantiene cierta distancia de él. Son pinturas del destiempo porque enfocan la vista en el cosmos para permitirnos alcanzar con nuestra mirada a las estrellas, sus resplandores y espectros. Son pinturas del tiempo porque traen al frente lo que nuestra era política y publicitaria lleva al fondo: la imágen pacífica de los no lugares que las religiones nos venden para imaginar el paraíso.
A la vez, la pintura de Ventimiglia renueva el vínculo que tiene la vida contemporánea con las grandes preguntas vanguardistas sobre la utilidad de la pintura. ¿Qué es el gesto, el pincel y la materia cuando la inteligencia artificial promete sacarnos de escena? ¿Es reemplazable la pintura por lo que puede hacer una máquina?
El tiempo de la pintura tal vez sea equivalente a aquel que nos toma ver un objeto, el que sea que nos rodea. Tal vez sea el tiempo que tarda su luz en viajar hasta nosotrxs.
Larisa Zmud, Buenos Aires, 2023
Curaduría de Larisa Zmud
22 DE JUNIO 2023 - 17 DE AGOSTO 2023
Rodeadxs de luces vivimos observando el pasado.
El tiempo contemporáneo se percibe como algo que nos atrapa y de lo que no hay escapatoria. Giorgio Agamben, en su conferencia “Qué es lo contemporáneo” se pregunta, “¿de quién y de qué somos contemporánexs? Y sobre todo ¿qué significa ser contemporánexs?”. Es decir, se hace una pregunta sobre su tiempo. Y nos dice que es “realmente” contemporánex quien se encuentra en un vértice, y desde allí observa las luces que se alejan y le permiten ver la oscuridad que las rodea. Dice “Percibir en la oscuridad del presente esa luz que trata de alcanzarnos y no puede: eso significa ser contemporánexs”.
Las últimas pinturas de Lorena Ventimiglia nos muestran a una artista que vive adherida a su tiempo a la vez que mantiene cierta distancia de él. Son pinturas del destiempo porque enfocan la vista en el cosmos para permitirnos alcanzar con nuestra mirada a las estrellas, sus resplandores y espectros. Son pinturas del tiempo porque traen al frente lo que nuestra era política y publicitaria lleva al fondo: la imágen pacífica de los no lugares que las religiones nos venden para imaginar el paraíso.
A la vez, la pintura de Ventimiglia renueva el vínculo que tiene la vida contemporánea con las grandes preguntas vanguardistas sobre la utilidad de la pintura. ¿Qué es el gesto, el pincel y la materia cuando la inteligencia artificial promete sacarnos de escena? ¿Es reemplazable la pintura por lo que puede hacer una máquina?
El tiempo de la pintura tal vez sea equivalente a aquel que nos toma ver un objeto, el que sea que nos rodea. Tal vez sea el tiempo que tarda su luz en viajar hasta nosotrxs.
Larisa Zmud, Buenos Aires, 2023