Heredo el taller de un pintor. Una de las paredes está completamente chorreada, manchada con lo que fue el residuo de su pintura. Me resulta atractiva. Me pregunto ¿Por qué el pintor no se llevó esa pared de durlock fácilmente desmontable? ¿Por qué la consideró residuo, descarte? Coloco algunos dibujos encima y me gusta el diálogo que se genera entre éstos y la pintura. Me remonta a la historia del arte, a los siglos en los cuales el dibujo fue el residuo de la pintura, aquella primera idea esbozada en un papel de pequeño formato con carácter proyectual pero sin valor de obra. Pienso en cómo esta superposición invierte esos valores.
Heredo el taller de un pintor. Una de las paredes está completamente chorreada, manchada con lo que fue el residuo de su pintura. Me resulta atractiva. Me pregunto ¿Por qué el pintor no se llevó esa pared de durlock fácilmente desmontable? ¿Por qué la consideró residuo, descarte? Coloco algunos dibujos encima y me gusta el diálogo que se genera entre éstos y la pintura. Me remonta a la historia del arte, a los siglos en los cuales el dibujo fue el residuo de la pintura, aquella primera idea esbozada en un papel de pequeño formato con carácter proyectual pero sin valor de obra. Pienso en cómo esta superposición invierte esos valores.
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